CÁNCER DE DUODENO

Es un tipo de cáncer poco frecuente, pero de relativa significancia entre los canceres del intestino delgado (representa cerca del 40%). También se le conoce como adenocarcinoma duodenal (AD). La baja incidencia de tumores duodenales se ha postulado que se debe a la existencia de posibles mecanismos protectores, como el rápido tránsito duodenal, la presencia de secreciones y fluidos que reducen la exposición de carcinógenos, la relativa esterilidad duodenal y la acción protectora de la pared intestinal. La localización del AD más frecuente es la segunda porción duodenal (el 44-82% de los pacientes) y es excepcional en la primera porción duodenal. En la tercera y cuarta porción se localizan aproximadamente el 45% de los AD. En la mayoría de los casos se origina a partir de un adenoma preexistente, siguiendo una secuencia comparable a la progresión adenoma-adenocarcinoma descrita en el cáncer colorrectal. El adenocarcinoma duodenal suele diagnosticarse más frecuentemente en varones en la sexta década de la vida.

FACTORES DE RIESGO

Algunos de los factores del riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar el cáncer de duodeno son:

  • Edad: la mayoría de los cánceres de intestino delgado incluyendo del duodeno se encuentran en personas de entre 60 y 70 años. Eso puede deberse a que lleva tiempo que las mutaciones genéticas se acumulen en el cuerpo.
  • Dieta alto en grasas y azucares
  • Enfermedades hereditarias: fibrosis quística, poliposis adenomatosa familiar (PAF), síndrome de Peutz-Jeghers, síndrome de Lynch.
  • Enfermedades intestinales: enfermedad de Crohn, enfermedad celiaca.
  • Tabaquismo y alcohol
¿CUALES SON LOS SINTOMAS?

Los signos de cáncer duodenal suelen ser vagos y fáciles de pasar por alto. Es posible que no se dé cuenta de que algo anda mal hasta que el cáncer haya estado creciendo durante meses. Los síntomas pueden incluir:

• Dolor en el estómago
• Náuseas y vómitos
• Cansancio
• Debilidad
• Pérdida de peso

Si el cáncer empeora, otros síntomas pueden incluir:

• Obstrucción intestinal alta
• Ictericia (tinte amarillo de piel y ojos)
• Hemorragia digestiva alta
• Perforación duodenal

¿COMO SE DIAGNOSTICAN?
  • Endoscopia digestiva alta (gastroscopia o duodenoscopia): es la técnica de elección ya que permite identificar, localizar y tomar biopsias de la lesión.
  • Ecoendoscopia: es útil para la toma de biopsias y estudio de extensión loco-regional, ya que permite valorar la arquitectura de las diferentes capas que componen la pared intestinal y las estructuras adyacentes a la lesión; es decir, ayuda a definir la extensión transmural.
  • Tomografía abdominal: se utiliza habitualmente para evaluar la resecabilidad y la diseminación a distancia.
TRATAMIENTO

La resección quirúrgica es la única opción terapéutica curativa. La técnica depende de la localización tumoral. La duodenopancreatectomia cefálica (DPC o procedimiento de Whipple) es la técnica quirúrgica de elección en los tumores localizados en la segunda porción duodenal, ya que permite realizar la resección en bloque acompañada de una linfadenectomía locorregional, aunque ciertos grupos abogan por la DPC sistemática en todos los AD. El tratamiento en estadios muy precoces puede ser la resección mucosa por vía endoscópica.

Si existe diseminación a distancia, el papel quirúrgico se limita a la cirugía paliativa o derivativa en casos seleccionados: derivación biliodigestiva, gastroenteroanastomosis. También se propone como procedimiento paliativo la colocación de un stent duodenal por vía endoscópica.

La quimioterapia puede estar indicada cuando existen metástasis o ganglios regionales afectos.