ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL (ETS)

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) también conocidas como infecciones de transmisión sexual (ITS) o enfermedades venéreas, son enfermedades infecciosas que se contagian de persona a persona por medio del contacto íntimo. Las ETS afectan a hombres y mujeres sexualmente activos de todas las edades y estratos sociales. Se transmiten entre otras formas, por medio de las relaciones sexuales (vaginales, anales u orales) y pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos, parásitos y protozoos. La mayoría de los casos en los que hay una infección de transmisión sexual no aparecen síntomas (asintomáticos) o son poco expresivos, lo cual facilita la transmisión de la infección y, si no se instaura el tratamiento adecuado, pueden aparecer complicaciones como esterilidad, embarazo extrauterino, cáncer genital, cáncer anal u otros.

El manejo adecuado de las ETS, otorga no sólo la oportunidad de proporcionar tratamiento eficaz, disminuyendo la aparición de complicaciones y secuelas, sino que también permite detectar personas con conductas sexuales de riesgo, que precisan de nuestra información y consejería para disminuir o eliminar su exposición sexual. Todo ello dentro de un marco de relación médico-paciente que huya de paternalismos, victimismos o de actitudes de negativismo, miedo o repulsa. Las ETS son un grupo más de la patología infecciosa, que gana en relevancia por su impacto social.

¿COMO SE CONTAGIA UNA ETS?

Uno de los motivos de la propagación de las ETS es que las personas piensan que sólo se pueden contagiar si tienen relaciones sexuales. Eso no es cierto. Las personas pueden contraer algunas ETS, como el herpes o las verrugas genitales, a través del contacto de la piel con una zona infectada o con úlceras. Por otro lado, los virus o las bacterias que ocasionan las ETS pueden ingresar al cuerpo a través de pequeños cortes o desgarros en la boca y el ano, así como en los genitales.

Algunos de los factores que aumentan las probabilidades de contraer una ETS son:

  • Actividad sexual a temprana edad. Cuanto más pronto el individuo comience a tener relaciones sexuales, mayor será su probabilidad de contraer una ETS.
  • Multiplicidad de parejas sexuales. Las personas que tienen contacto sexual (no sólo relaciones sexuales, sino cualquier tipo de actividad íntima) con muchas parejas diferentes corren mayor riesgo que aquellas que siempre tienen la misma pareja.
  • Relaciones sexuales sin protección. Los condones de látex siempre deben utilizarse, ya que son la única forma de anticoncepción que reduce el riesgo de contraer ETS. Los espermicidas, los diafragmas y otros métodos anticonceptivos pueden ayudar a prevenir el embarazo, pero no brindan protección contra las ETS.

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¿CUALES SON LOS SINTOMAS DE UNA ETS?
MUJERESVARONES
• Flujo anormal en la vagina con o sin olor desagradable• Secreción por la uretra.
• Llagas, ronchas o ampollas cerca de los órganos genitales, ano o boca.

• Inflamación de uno o más ganglios cercanos a la llaga
• Llagas, ronchas o ampollas cerca de los órganos genitales, ano o la boca.

• Inflamación de uno o más ganglios cercanos a la llaga.
• Dolor en zona de la pelvis, en el área entre el ombligo y los órganos genitales.• Dolor en los testículos, inflamación o dolor alrededor de los órganos genitales.
• Escozor o picor alrededor de la vagina.

• Ardor al orinar o al defecar
• Escozor o picor alrededor de los órganos genitales

• Ardor y dolor al orinar o al defecar.
• Sangrado por la vagina sin tratarse de la menstruación o tras la relación sexual.

• Sangrado excesivo durante la regla o ausencia de menstruación.
• Dolor en la vagina durante las relaciones sexuales.

En otras ocasiones es posible tener una de estas infecciones, aunque no se presente síntoma alguno, o los síntomas pueden desaparecer por sí mismos, pero la infección no se cura si no se recibe tratamiento.

Existen más de 30 infecciones de transmisión sexual producidas por bacterias, virus, hongos, protozoos y por artrópodos. Estas infecciones pueden producir una serie de síntomas clínicos que se engloban dentro de los siguientes síndromes:
  • Vulvovaginitis. Se trata de una inflamación de los genitales externos y de la vagina en la mujer. Generalmente son de causa infecciosa (tricomona, cándida y gardnerella). Se puede manifestar por picor, aumento del flujo o cambio en las características del flujo, escozor o dolor espontáneo o durante la penetración vaginal.
  • Uretritis. Se caracterizan por la aparición de secreción por la uretra (conducto por donde sale la orina) junto con escozor al orinar. La causa más frecuente es infecciosa. Existen dos tipos de uretritis según si su origen está producido por el gonococo o no: uretritis gonocócica y no gonocócica.
  • Cervicitis. Inflamación del cuello del útero en la mujer. Puede ser de causa infecciosa o mecánica por el uso de un dispositivo intrauterino (DIU). Se puede manifestar por alteración del flujo, dolor o sangrado con la penetración vaginal, alteración de la regla, escozor al orinar. De entre los microorganismos que pueden producirla destacan el gonococo y la clamidia.
  • Balanitis. Inflamación del glande. Puede estar producido por hongos.
  • Proctitis o proctocolitis. Puede ser asintomático o presentarse en forma de prurito anal, tenesmo rectal y secreción de exudado purulento y en ocasiones pesadez y dolor irradiado a pelvis y periné. Los microorganismos que lo pueden producir son el gonococo y la clamidia.
¿CUALES SON LAS ETS MAS FRECUENTES?

GONORREA

Los síntomas pueden aparecer entre los 2 a 7 días (o incluso más) del contacto sexual genital, oral o rectal. Más del 50% de las mujeres y entre el 5 al 25% de los varones no presentan síntomas. Infección genital: se caracteriza por secreción amarillenta y espesa junto con molestias al orinar. Infección faríngea (garganta): suele ser asintomática pero puede presentar molestias faríngeas Infección anorrectal: Puede haber secreción amarillenta, espesa, con picor anal.

Puede producir complicaciones desde esterilidad, tanto en mujeres como en varones, hasta alteraciones en otros órganos (articulaciones, piel…) y también transmitirla al recién nacido en el momento del parto, produciendo conjuntivitis.

SIFILIS

La sífilis es una infección crónica generalizada, que suele ser de transmisión sexual, y en la que se alternan periodos de actividad interrumpidos por periodos de latencia. En la mayoría de los casos la transmisión de una persona a otra se produce por contacto sexual (oral, vaginal, anal) con una lesión sifilítica. También puede producirse a través de la sangre. En cuanto a la clínica la mayoría de los casos son asintomáticos. En otros aparece alrededor de 20-40 días del contacto sexual una úlcera o chancro indolora, con bordes sobreelevados, en la zona que estuvo en contacto con la zona lesionada, junto con una inflamación de un ganglio regional. Desaparece entre 6-8 semanas y es lo que conocemos como sífilis primaria. Si no se trata la infección puede pasar a otra etapa que conocemos como sífilis secundaria en la que se puede producir una erupción en la piel incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies (cuyas lesiones son muy contagiosas).

Sin tratamiento puede aparecer un periodo de latencia (sífilis latente) y tras éste pueden aparecer alteraciones a nivel cardiovascular o neurológico (sífilis terciaria). Las mujeres embarazadas pueden transmitir la infección al feto pudiéndose producir abortos tardíos, muerte fetal y sífilis congénita.

HERPES GENITAL

Entre 2 y 20 días tras el contacto sexual aparecen unas pequeñas ampollas (perladas como cabezas de alfiler) o úlceras dolorosas cuya localización variará según la práctica sexual que ha producido la infección (primoinfección): vaginal, anal o bucogenital. Cuando la lesión desaparece el virus queda latente en el organismo y puede producir nuevas reinfecciones en situaciones de disminución de la inmunidad o estrés. La infección se puede transmitir a los contactos sexuales ya sea si en ese momento se tienen síntomas o no. La mayoría de las personas que tienen herpes no presenta síntomas o si los tiene son muy leves. Es posible que no se dé cuenta de los síntomas leves o que los confunda con otra afección de la piel como un grano o pelo encarnado. Es por esto que la mayoría de las personas que tienen herpes no lo sabe. La mujer embarazada puede transmitir la infección al recién nacido en el momento del parto que puede ser generalizada y grave.

CLAMIDIASIS

Con frecuencia no produce síntomas. Si éstos aparecen se manifiestan entre 7 y 21 días tras el contacto sexual. Son los patógenos responsables de uretritis, salpingitis, proctitis y epididimitis. En el varón se puede presentar secreción clara y transparente acompañada de molestias al orinar (uretritis no gonocócica). En la mujer se presenta aumento de flujo vaginal, alteraciones de la regla o sangrado tras la relación sexual. Tanto en hombres como en mujeres, la proctitis puede ocurrir después del contacto. Puede causar complicaciones como esterilidad, afectación de la vejiga, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazos extrauterinos. La mujer embarazada puede transmitir la infección al feto durante el parto produciendo conjuntivitis, infecciones de oído o incluso infecciones pulmonares.

VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO (VPH)

En la mayoría de los casos, la infección es asintomática. Puede aparecer entre 1 y 20 meses del contacto sexual (en los órganos genitales, anales y orales) unas lesiones irregulares, verrucosas con aspecto de coliflor (condilomas), aunque también pueden presentar un aspecto aplanado. Se han encontrado lesiones por VPH en vulva, uréter, tráquea, vagina, ano, bronquios, cérvix área perineal, cavidad nasal, uretra, periné, esófago, pene, lengua, escroto, cavidad bucal, piel, vejiga, laringe, conjuntiva entre otras. Determinados tipos de virus VPH se consideran precursores del cáncer de cuello de útero, cáncer anal, cáncer de pene, cáncer de vulva, etc. La infección por VPH se ha convertido en la ETS de mayor incidencia, y desde hace unos años su prevalencia se ha desplazado cada vez más hacia la adolescencia. 

¿COMO SE TRATAN LAS ETS?

El tratamiento para las ETS de origen bacteriano es la utilización de antibióticos específicos, por ejemplo: derivados de la penicilina para la gonococia, clamidiasis y la sífilis.

En caso de infecciones virales como por ejemplo el herpes genital se utilizan antivirales (aciclovir y derivados) tanto en el tratamiento agudo como en la profilaxis de nuevos brotes.

En otras viriasis como los condilomas, el tratamiento es la destrucción local mediante productos cáusticos (podofilina, acido tricloroacético), inmunomoduladores (imiquimod), crioterapia, electrocoagulación y procedimientos quirúrgicos.