Fisura Anal

Es un desgarro lineal u ovalado en el canal anal que comienza justo debajo de la línea dentada y se extiende hasta el borde anal. Las fisuras anales pueden ser agudas o crónicas. Mientras que las fisuras agudas suelen curarse con tratamiento médico después de 4 a 6 semanas, las fisuras crónicas persisten más allá de las 6 semanas. Las fisuras agudas son un desgarro superficial en el anodermo y los síntomas asociados incluyen dolor anal, espasmo y / o sangrado con la defecación. Las fisuras crónicas también pueden presentarse con síntomas de dolor y sangrado en la defecación; se caracteriza por presentar bordes elevados, fibras expuestas de los esfínteres anales internos en la base, la papila anal hipertrofiada en sentido proximal y un apéndice cutáneo o pila centinela distalmente (skin tag).

CAUSAS:

Las fisuras anales típicas que no tienen un desencadenante conocido (que conforman la mayoría de los casos) suelen localizarse en la línea media posterior en un 75% de los casos (hombres y mujeres por igual) y en la línea media anterior en un 25% (principalmente en mujeres). Menos del 1% de todas las fisuras están localizadas fuera de la línea media y se consideran fisuras atípicas cuya etiología incluyen enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa, enfermedades de transmisión sexual, VIH, tuberculosis, cáncer anal entre otras.

SÍNTOMAS:

El dolor es el síntoma más común de una fisura anal, presente en el 90% de los casos. Los pacientes se quejan de dolor al defecar y describen el dolor como agudo o desgarrante, que puede estar presente solo durante la defecación o puede durar de varios minutos a horas después de la defecación. El sangrado también es un síntoma común de las fisuras anales, que se encuentra en el 70% de los pacientes.

DIAGNÓSTICO:

Suele ser sencillo y, a menudo, puede basarse únicamente en la historia clínica del paciente. La exploración física confirma la sospecha de fisura anal y descarta otra patología. La inspección es el paso más importante en la evaluación de una posible fisura anal. La separación suave de las nalgas suele revelar la fisura; sin embargo, el espasmo del esfínter puede impedir una visualización adecuada. Una vez que se ha diagnosticado una fisura, el examen digital y el examen anoscópico pueden postergarse debido al dolor. La mayoría de los pacientes creen que el dolor que experimentan se debe a las hemorroides y pueden ser reacios a aceptar el diagnóstico de fisura. La explicación del médico que realiza el diagnóstico es fundamental para comprender el tratamiento de las fisuras y lograr un buen resultado.

TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO:

La mayoría de las fisuras anales agudas (menos de 6 semanas de duración) se resuelven sin intervención quirúrgica. Cuando se desarrollan fisuras crónicas (mayor de 6 semanas) la curación es más difícil de lograr. Se estima que la mitad de las fisuras anales crónicas sanarán con medidas no quirúrgicas, como lavados con agua tibia y suplementos de fibra de Psyllium (ablandadores de heces) con tasas de recurrencia del 18% según algunos estudios.

Nitratos tópicos: principalmente son el trinitrato de glicerol o glicerilo (también conocido como nitroglicerina) al 0.2% y el dinitrato de isosorbide al 0.2%, ambas formuladas en ungüentos. Estos productos han demostrado una tasa de curación del 50% pero también se demostró que la recurrencia tardía es común (> 50%) en aquellos inicialmente curados. Los mayores inconvenientes de los nitratos tópicos son la intolerancia debida a los efectos secundarios y el escaso cumplimiento general del paciente. La absorción sistémica del compuesto puede provocar vasodilatación y fuertes dolores de cabeza (mayor con el trinitrato de glicerol).

Bloqueadores de los canales de calcio tópicos: incluyen el nifedipino tópico al 0.5% y el diltiazem tópico al 2% aplicados 2 o 3 veces al día. Estos productos actúan similar a los nitratos tópicos pero sin los dolores de cabeza asociados.

Toxina botulínica: es una exotoxina de tipo A producida por la bacteria Clostridium botulinum . Cuando se inyecta localmente en este caso sobre el esfínter anal interno, la toxina se une a las terminales nerviosas presinápticas en la unión neuromuscular, evitando así la liberación de acetilcolina y provocando una parálisis muscular temporal. No existe un consenso adecuado sobre la dosis exacta, el lugar exacto de administración, el número de inyecciones o la eficacia. En el mercado peruano existen varias marcas de toxina botulínica tipo A, la más conocida es el Botox® (Allergan). En general, la toxina se reconstituye en un pequeño volumen de solución salina estéril y se inyecta directamente en el esfínter anal interno, en dosis que oscilan entre 20 y 100 unidades; la mayoría recomiendan utilizar entre 25 y 30 UI. Se ha investigado que la toxina botulínica, administrada localmente puede difundirse en un área de 4 a 5cm alrededor del sitio de aplicación. El efecto de parálisis muscular se manifiesta en forma óptima de 3 a 5 días después de la administración local con un tiempo de duración de eficacia promedio entre 4 a 6 meses, tiempo en el que se puede recomendar una nueva aplicación si persistiera la fisura anal. Se recomienda en pacientes que tienen alto riesgo de incontinencia post quirúrgica o en los que se rehúsan de inicio a la cirugía. La aplicación de estas sustancias también se conoce como “esfintorotomía química reversible”.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO :

Se considera la intervención quirúrgica para el tratamiento definitivo de las fisuras anales crónicas cuando falla la terapia conservadora.

Esfintorotomía lateral interna (ELI): se realiza con una incisión radial generalmente lateral izquierda en el anodermo exponiendo las fibras musculares del esfínter interno. Luego, bajo visión directa, estas fibras musculares del esfínter anal se dividen con un bisturí N°11 o con el electrobisturí en modo corte hasta cerca de la línea dentada o a nivel proyectado del borde proximal de la fisura. La herida se cierra con puntos continuos de hilo poliglactina (o similar) 3/0 previa hemostasia del lecho quirúrgico. Simultáneamente a la ELI se puede realizar una fisurectomía que consiste en la extirpación del apéndice cutáneo fibroso y electrofulguración en baja potencia (20-25W) de los bordes y lecho de la fisura.